Su cuerpo que ahora es solo una masa informe similar a una alfombra llamó mi atención. Inicialmente imaginé un tapete cruzando la calle, y este artículo se pudo haber llamado: "La alfombra que no llegó a la otra acera". Algo en él me permitió distinguir que se trataba de otra cosa. Aunque la mayor parte de su carne, huesos y piel han terminado adosándose a la pista, unos pequeños montículos sobresalen de su plana dimensión. Son las cuatro pezuñas de ese viandante que dejan así su última huella-rastro.
Intento imaginar cómo murió atropellado, cómo un vehículo no reparó en detenerse cuando sintió el impacto y, sin alterar su ruta, pasó sobre su cuerpo. Después, el pobre animal pudo estar aún con vida, pero inmediatamente debió de venir un bus que repasó sobre él. Ya muerto debió ser cuestión de unas cuantas horas en una autopista de tránsito pesado, y el poco interés de los conductores por un ligero bache en su camino, lo que debió comprender la metamorfosis de su canina forma.
Después de haber imaginado esto, intento olvidarlo pues cierta angustia se encrispa en mi estómago. Los tiesos restos de lo que en vida constituían un perro parecen decirme: yo fui viandante y temo por tu vida.
martes, 29 de junio de 2010
jueves, 24 de junio de 2010
La despedida frustrada
Enlutadísima llega al hospital
Solo unas horas antes, ella había recibido una llamada telefónica desde el hospital. La frase con la que se su mente resumió todo fue: "Señora venga a ver inmediatamente a su esposo si aun quiere encontrarlo vivo".
Ella se tomo su tiempo en vestirse. Escogió con delicadeza un conjunto sobrio y los accesorios que entonasen. Seria la última vez que estaría ante su presencia. Él debía de verla perfecta.
- Que se muera rabiando al saber lo bien que estaré sin él.
Llegó justo cuando su cuñado cancelaba las medicinas y coordinaba el traslado a una clínica.
- ¡Andrea! Cuñada, debes ser fuerte. No te preocupes, todo estará bien. Ya he pagado los gastos al ver que tú no venias. Supuse que aun no te enterabas de nada. Pero qué es esa cara de susto? Ya te dije, todo estará bien. Ya hable con el doctor, Pepe es fuerte, se sobrepondrá de esto.
Andrea no tenía cara de susto. Sentía de todo menos susto.
- Gracias, Antonio. Qué haría yo sin José, qué haría yo…
Solo unas horas antes, ella había recibido una llamada telefónica desde el hospital. La frase con la que se su mente resumió todo fue: "Señora venga a ver inmediatamente a su esposo si aun quiere encontrarlo vivo".
Ella se tomo su tiempo en vestirse. Escogió con delicadeza un conjunto sobrio y los accesorios que entonasen. Seria la última vez que estaría ante su presencia. Él debía de verla perfecta.
- Que se muera rabiando al saber lo bien que estaré sin él.
Llegó justo cuando su cuñado cancelaba las medicinas y coordinaba el traslado a una clínica.
- ¡Andrea! Cuñada, debes ser fuerte. No te preocupes, todo estará bien. Ya he pagado los gastos al ver que tú no venias. Supuse que aun no te enterabas de nada. Pero qué es esa cara de susto? Ya te dije, todo estará bien. Ya hable con el doctor, Pepe es fuerte, se sobrepondrá de esto.
Andrea no tenía cara de susto. Sentía de todo menos susto.
- Gracias, Antonio. Qué haría yo sin José, qué haría yo…
sábado, 19 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
Hoy siento paz
Suscribirse a:
Entradas (Atom)